Fue Tales de Mileto, según se dice, el primero de los Siete Sabios, nombre por el que se conoció a algunos de los más antiguos y legendarios pensadores de Grecia. De origen fenicio, según el filósofo Platón, Tales vivió en la ciudad de Mileto, durante el siglo VI a.C. Nada sabemos con seguridad sobre él, pues, como en el caso de todos los filósofos anteriores a Sócrates, la historia y la leyenda se mezclan continuamente. Los antiguos le consideran el primer geómetra y astrónomo que logró predecir los eclipses y los solsticios, y fijó en 30 días la duración del mes y en 365 la del año. Consideraba que los trabajos usuales de los hombres eran inferiores al oficio de pensar y, para. demostrarlo, supo prever una gran cosecha de aceitunas, alquiló antes que nadie los molinos de aceite de la ciudad y ganó una fortuna sin el menor esfuerzo. Lo verdaderamente difícil -decía- es conocer el bien. Pero se cuenta también que, paseando un día por el campo, absorto en la contemplación de los astros, se cayó a un pozo. Una anciana que estaba en el lugar le dijo: No pudiendo ver lo que tienes a tus pies, crees poder conocer lo que hay en el cielo.
Durante sus viajes por Egipto, recibió enseñanzas de los sacerdotes del país. Allí observó que, a una hora determinada del día, la sombra de su cuerpo era de la misma longitud que su estatura. Entonces, relacionando la longitud de la sombra de su cuerpo con la de las pirámides, pudo calcular la altura de éstas. Hoy conocemos este descubrimiento geométrico con el nombre de Teorema de Tales. Como otros muchos pensadores griegos, quiso saber de qué elementos estaban compuestas todas las cosas y, finalmente, creyó que dicho principio era el agua, de la que procederían las demás manifestaciones de la materia. Tales murió muy anciano y ello ocurrió, si creemos a Platón, durante la 58 Olimpíada.
